¿Qué es una NAS (Network Attached Storage)?

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El concepto de NAS se refiere a una arquitectura o tecnología de almacenamiento, enfocada a la compartición de dicho espacio, de un sistema/servidor por medio de la red (TCP/IP), para fungir con un repositorio central de datos, pero con la característica de hacerlo con una estructura de archivos común, por eso es que también es conocido como un “almacenamiento basado en archivos” o “almacenamiento tipo file”.

Hoy en día existen soluciones NAS enfocadas a usuarios finales, que por medio de una pequeña “caja” que puede instalar en su casa, le permiten cubrir las necesidades de tener un repositorio de archivos (“externo” a su PC o laptop), ya sea para respaldos o datos importantes que simplemente conecta a su red doméstica y ya está lista para usarse. Y aunque en esencia la funcionalidad es la misma, aquí hablaremos de la solución NAS que va enfocada al centro de datos de las empresas, un sistema que por lógica debe ser más robusto que el primero, dado que el rendimiento y los requerimientos organizacionales son más demandantes, y aunado a que hoy en día los datos es uno de los activos más importantes, veremos un enfoque un poco diferente.

Haciendo un poco de historia, desde el inicio de la informática, el almacenamiento ha sido una constante a su lado, dado que con la generación de cada vez más datos, se necesita de un repositorio que los contenga. Y en dicha historia ha habido muchos y muy variados dispositivos de almacenamiento, como es el caso de las tarjetas perforadas, cintas magnéticas, disquete, CD, DVD, discos duros, etc., que, con el paso del tiempo, han cubierto ciertas necesidades y a la vez, se van renovando de acuerdo al avance tecnológico de sus épocas. Por sí solos, estos dispositivos cubren ciertos alcances, pero cuando estos no son suficientes y/o las exigencias que acompañan a la evolución tecnológica van aumentando, es cuando empiezan a surgir las limitantes y así es, como se dio pie a formatos/arquitecturas de almacenamiento que buscan cubrir precisamente estas necesidades en el ambiente, siempre demandante, de TI. NAS es una de estas arquitecturas que vio su consolidación en la década de 1990.

Es muy importante mencionar un término un poco más antiguo, llamado “servidor de archivos” o File Server. Este surgió, de la necesidad de compartir la misma información y archivos entre varios servidores dentro de la misma red. Cuando las primeras microcomputadoras comenzaban a utilizar discos duros internos, ciertamente cubrían la necesidad de manejar más datos de manera local, pero luego, en una búsqueda de cooperatividad y eficiencia, fue necesario compartir esta información con otras computadoras de la red, y además cumpliendo requisitos de seguridad y accesibilidad de acuerdo a la importancia de los propios archivos. Así es como un File Server funge como el responsable del almacenamiento y administración de los archivos, de un repositorio central en una red, permitiendo a los demás equipos el acceso remoto a los mismos datos. Prácticamente, cualquier PC o servidor en la red con un SO y con cierto software, puede convertirse en el File Server. Ahora que ya se entiende el concepto de “servidor de archivos”, vamos a continuar.

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Volviendo a la NAS, como su nombre lo dice, es un “almacenamiento conectado a la red” y como mencionamos al inicio, la NAS utiliza una estructura de almacenamiento basada en archivos. Ejemplificando lo anterior, es como cuando ubicas un archivo en tu PC por medio de la ruta “C:/Usuario/Documentos/archivo001”, una NAS utiliza este mismo esquema para almacenar o encontrar un dato. Digamos en otras palabras, tú obtienes o solicitas acceso a cierta “ruta” única de localización y la NAS es capaz de ubicarla de igual manera, como una pieza única de datos en una carpeta. Y aquí reside una de las grandes diferencias del almacenamiento SAN, que está basado en almacenamiento de tipo block, donde los datos precisamente son divididos en bloques de menor tamaño, y almacenados en partes separadas de un disco lógico, y cada uno de estos recibe un identificador (metadata), que después será utilizado para ubicar y “reconstruir” el dato original, ante una petición.

Ahora sí, dejando claro lo anterior y de manera más detallada, la NAS se encarga de realizar toda una gestión que implica recibir, procesar y proveer acceso a rutas de almacenamiento (con estructura de archivo), por medio de solicitudes remotas de clientes/servidores en la red mediante protocolos de archivos estándar, como lo son CIFS/SMB (Windows) y NFS (Linux/UNIX) en conjunto con un protocolo de comunicación TCP/IP (protocolo muy común en nuestras redes computacionales).

Ahora, ¿una NAS es un File Server? No y si a la vez. Depende del enfoque desde el cual se quiera ver. Para nuestro caso, NAS es un Appliance (dispositivo integral) dedicado a ser un almacenamiento en la red, el cual puede poseer en su interior CPU, memoria, dispositivos de almacenamiento internos, como discos duros (HDD o SSD), interfaces de red (NIC) para conectividad externa, interfaces para conectividad interna (crecimiento), puertos USB y algo muy importante, un Sistema Operativo propio y optimizado así como software específico, que le permitirá realizar toda la gestión que anteriormente habíamos comentado. De cierta manera, podríamos decir que “emula” o provee la funcionalidad similar al de un File Server, pero va más allá, sin las “ataduras” que implica el estar basado en un SO común, ni compartiendo solicitudes de otros procesos, si no con sus propias características y funcionalidades independientes y muy puntuales que ofrece hoy en día un almacenamiento dedicado.

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Finalmente, con todo lo anterior, podremos hablar de algunos beneficios de una solución NAS en el centro de datos:

–   Costos de implementación más bajos. Al ser tan simple como su nombre lo indica, almacenamiento conectado a la red, no es necesario incurrir en grandes costos de adecuación para la infraestructura empresarial común actual. Simplemente se conecta a la red actual y listo.

–  Configuraciones y administración simple. Por lo regular, suelen tener interfaces amigables, tanto para configuración iniciales como avanzadas, además que poseen funcionalidades ya conocidas, para quienes ya hayan utilizado funciones de acceso a datos y uso compartido de archivos.

–   Escalabilidad. Al ser un almacenamiento dedicado, posee capacidades de escalar según sea necesario, simplemente adhiriendo más gabinetes de expansión o discos duros al equipo.

–  Aumenta eficiencia y obtiene consolidación. Almacenamiento centralizado que proporcione la cooperación, intercambio y concentrado de información desde un único dispositivo, además con una estructura de archivos familiar para la mayoría de usuarios.

–  Accesibilidad. Cualquier dispositivo que se encuentre en la misma red, puede ser candidato a tener acceso a la NAS.

–  Disponibilidad de la información. Actualmente gran parte de los equipos NAS, cuentan con redundancia en sus componentes, por lo que la tolerancia a fallas es alta. Además que la estructura puede permitir distintos tipos de protección RAID (Arreglo Redundante de Discos Independientes) en los discos de almacenamiento o incluso protección a nivel gabinetes de expansión (RAIN – Arreglo Redundante de Nodos Independientes). 

    Adicional a lo anterior, poseen opciones de replicación e incluso algunos equipos vienen habilitados para desbordar hacia la nube.

–    Protección y seguridad de datos. Integración con softwares de antivirus o funciones de autenticación de usuarios conocidas en el mercado, permitiendo la protección de la información ante distintos tipos de ataques.

Estos son solo algunos puntos a comentar, podríamos enlistar más, pero también cabe aclarar, que el decidirse por una NAS implica trabajo de consultoría y estudio dependiendo el caso de uso y la infraestructura actual con que se cuenta. Por ejemplo, recordemos que la NAS se puede conectar a la red común de la empresa, pero si no hay una segmentación adecuada de la red o simplemente esta tiene un ancho de banda muy bajo, los cuellos de botella pueden convertirse en un dolor de cabeza al momento de compartir archivos en horas pico de transaccionalidad, o cuando se cruzan ventanas de respaldos, por mencionar algunos casos. También debe tenerse claro el tipo de dato que se va a manejar, pues no es indicada para todos los tipos, por ejemplo, para datos muy transaccionales como Bases de Datos o como repositorio de máquinas virtuales, es más recomendado una solución SAN, pues la conectividad, la estructura interna y alcances del equipo, da mejores rendimientos y baja latencia.

Definitivamente una solución NAS puede ser una gran opción de almacenamiento centralizado a un costo más accesible en comparación a otras arquitecturas. En el mercado existen muchas y muy variadas ofertas, es importante revisar bien los detalles y acercarse a un especialista, no pasemos por alto nada. Con esto, esperemos te sirva para tener un poco más claro el panorama al momento de elegir.

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