El Internet del comportamiento

Las tendencias tecnológicas están a la orden del día, integrándose a diversos aspectos de nuestra vida cotidiana como el entretenimiento, la comunicación, la salud, etc. y nuestro propio comportamiento no podría ser diferente, surgiendo así el Internet del comportamiento o IOB por sus siglas en inglés (Internet of behaviour). 

El IOB es un concepto que va más allá del IOT (Internet de las cosas) y el IOE (Internet del todo),  y su función es la de recopilar, analizar, procesar y dar respuesta a cualquier tipo de comportamiento humano de una manera tal que permita el la interpretación y el seguimiento de dichos comportamientos haciendo uso de innovaciones tecnológicas y desarrollo de algoritmos que permitan el aprendizaje de estos.



¿Para qué sirve el IOB?


Para poder entender para qué sirve este, se debe saber que es la combinación de tres factores en extremo importantes: tecnología, análisis de datos y ciencia del comportamiento. 


La utilidad del IOB radica en que puede dar un valor agregado a ciertos productos al hacer uso de los tres factores anteriormente mencionados. 

El ejemplo perfecto de esto son las apps de entretenimiento físico, ya que en ellas se hace uso de aparatos como smartwatches o smartphones (tecnología), los cuales reciben datos como la cantidad de ejercicio físico que se hace diariamente, nuestra alimentación, hábitos de sueño, objetivos, etc. (análisis de datos) y estos son utilizados para dar recomendaciones sobre estas actividades (ciencia del comportamiento). Asimismo, el IOB funciona con otra clase de tecnología enfocada en la seguridad, tal como el reconocimiento facial, la geolocalización o incluso el Big Data


El IOB es ampliamente usado en el departamento de marketing de grandes empresas, ya que este puede influir en el consumidor y en su decisión de compra. Para las empresas que incluyen estas prácticas, les permite mejorar procesos como la comercialización de sus productos y la experiencia del cliente, y es que el IOB se puede utilizar para conseguir información de cualquier faceta de la vida del consumidor. 


Sin embargo, esta no es la única utilidad que tiene el IOB, ya que también puede usarse para otras cosas cómo medir la eficiencia de campañas, medir los datos de actividad física en el sector salud, etc. y estos usos se irán incrementando conforme este se integre más y más en la sociedad. Aunque es verdad que muchos consumidores dudan todavía de dar sus datos privados a compañías, también es cierto que están más dispuestos a hacerlo si reciben un beneficio extra.



La ética del IOB


No hay duda de que esta tendencia tecnológica puede resultar muy útil y poderosa en diversos aspectos de nuestra vida, sin embargo, como ocurre con cualquier otra tecnología que involucre el uso de datos personales, se debe ser muy cuidadoso al momento de adoptar o utilizar IOB debido a los múltiples dilemas éticos que plantea. 


Si bien el IOB puede dar valor agregado a diversos productos, también puede llegar a manipular directamente al consumidor y por lo tanto eliminar su libertad de elección. 


Es una herramienta tan poderosa que incluso puede llegar a manipular la opinión pública respecto a temas delicados como la política.  Debido a esto, es imperativo que el IOB sea implementado siguiendo diversos lineamientos éticos y morales, ya que su expansión es rápida y es por ello que se estima que para mediados de década la mitad de las grandes corporaciones que practican esta tendencia tendrán implementadas herramientas de procesamiento de datos que tengan la capacidad de mejorar la privacidad de usuarios y consumidores. 


Si bien el IOB todavía tiene que recorrer bastante camino y corregir algunos errores como fallas de ciberseguridad, etc, es importante reconocer que tiene una gran cantidad de aplicaciones que facilitarían nuestra vida en nuestro día a día. 


El hecho de que sea una práctica bastante flexible y con una gran cantidad de usos la hace una perfecta herramienta para integrar la tecnología aún más a nuestro estilo de vida actual, y con los avances que se dan día a día es bastante probable que en unos años su uso sea generalizado.

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